 |
| Rescate en una playa de Valencia |
Un total de 14 de estas muertes se podría haber evitado o, al menos, las consecuencias de los ahogamientos podría no haber sido tan grave. Se trata del número de personas que se ahogaron cuando se bañaban en zonas de litoral sin servicio de socorristas, fuera de temporada de baño o del horario de los servicios de emergencia.
De hecho, el perfil de los ahogados en el periodo estival sigue siendo el mismo: persona de avanzada edad que acude a las playas a refrescarse a primera hora de la mañana, cuando todavía no ha llegado el vigilante a su puesto.
En cuanto a zonas, las playas siguen siendo el escenario de la mayoría de estas tragedias. Las piscinas se han cobrado la vida de cinco de las víctimas, la mayoría niños de entre 2 y 6 años.
Los encargados de velar por la seguridad de los bañistas tuvieron más trabajo que el año pasado. En su balance de actuaciones en playas, el servicio de socorristas detecta un incremento del 26% en los rescates de personas en peligro de ahogamiento. En total fueron más de 1.300 personas las que fueron sacadas del agua en apuros y 150 los asistidos en embarcaciones. De todos los afectados, más de 400 fueron evacuados a centros hospitalarios.
